A VUELTAS CON LA FESTIVIDAD DE LA AUTONOMÍA CASTELLANO- LEONESA             

Castilla y León celebra la fiesta de su Autonomía

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Los observadores de estos pagos palentinos, que lo somos, aunque no figuremos como tales,  hemos advertido en estos últimos tiempos, la visita frecuente, a un lugar de esta tierra, de personalidades de alto nivel político  nacional,  y de la misma Comunidad, que con una u otra disculpa, acuden a este pueblo. Es un lugar herido de olvido rural por siglos, abandonado  a  todo  interés histórico, político y  cultural. Hoy en día, los  lugareños, y especialmente su alcalde, no terminan de asimilar estas visitas tan frecuentes e importantes, aunque reconocen, que quizás,  es la respuesta a un trabajo humilde, pero no callado, de  este  pueblo, que sumergido en la aridez de la meseta de Tierra de Campos, corazón de la Castilla en otros tiempos,  pregona y quiere dar a conocer y valer su  pasado.

Autillo de Campos, está recobrando en sus calles y en su ser, algo de la importancia que tuvo hace muchos siglos,  cuando una reina castellana, llamada Berenguela, transmitió desde  este pueblo, a su joven hijo Fernando, el deseo de que colocara es sus sienes la corona castellana. Así fue, y este Rey, de pura cepa castellana-leonesa, además de unir  para siempre los territorios de Castilla y León, se le atribuye numerosos hechos históricos de relevancia mundial, como fue, entre otros, la detención, en el sur de la península, de aquellas hordas guerreras musulmanas, que procedentes del norte de África, estaban dispuestas a conquistar Europa entera. Su actitud y prestancia, cambió el  destino  de la historia europea…

Pasando hoja, llegamos a un tema relacionado con la celebración del día de la festividad de la Comunidad Autónoma de Castilla y León,  el día 23 de abril, en la llamada Campa de Villalar de los Comuneros.

Todavía hoy no sabemos qué celebramos allí ese día, sí es el arrojo y valentía de unos hombres castellanos, que descontentos con la Corona Imperial, calcularon mal sus efectivos, eligieron el enfrentamiento,  la lucha armada, y perdieron… No sabemos si festejamos la pobreza y pérdida de liderazgo político y económico que surgió en Castilla con motivo de tal insurrección, y que quizá hoy todavía arrastra. No sabemos si festejamos el que unos castellanos, burgueses acaudalados, quisieran mantener sus prebendas, y enfrentaron a sus gentes contra el nuevo régimen, no tolerante. Tampoco sabemos si realmente  los pueblos leoneses se sienten interesados o identificados en la celebración de tal festividad en ese día. No sabemos  si festejamos únicamente una impuesta ideología de partido trasnochada, o si aplaudimos la rebelión de los pueblos contra el poder constitucional establecido, verdadera “esencia” del sentido Villalar, como dicen. No  sabemos. Tampoco sabemos por qué lo festejamos con charangas y alegrías,  en un descampado de recuerdos tan tristes, en  donde muchos hombres, unos y otros, dieron su vida por defender aquello que  consideraban ideales patrios. No sabemos el por qué, los responsables de la organización, solicitan que se establezcan en el lugar especiales medidas de seguridad,   ni tampoco por qué los políticos, obligados a su presencia, unos no asistieron y otros lo hacen en las horas tempranas de su celebración.

Recordar una guerra civil entre hermanos, es mala cosa, pero peor festejar sin saber lo que se festeja, a no ser que sea la propia ”esencia” la que se festeja, de tanta  actualidad hoy en día.

Sabemos poco, habrá que estudiar más y atentos a los acontecimientos, pero mientras tanto, todos somos comuneros.

Felicidades en cualquier caso a todos los castellano-leoneses.

                                                                                        José Herrero Vallejo

 

 

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